Una de las prácticas perjudiciales presentes en nuestra sociedad es la automedicación, la cual se describe como una conducta individual de consumo que implica la autoadministración o la administración a otros individuos de medicamentos sin la debida prescripción, incluso modificando la prescripción dada por un médico certificado.
Aunque hay medicamentos de venta libre diseñados para aliviar síntomas menores y para un período específico, hay otros, como los antibióticos, que requieren necesariamente una receta médica para ser adquiridos.
Las razones más comunes para abordar el tratamiento de una enfermedad por cuenta propia suelen ser la urgencia de restaurar la salud de inmediato y los costos asociados a una consulta médica seguida de la compra de medicamentos. Aunque esto pueda parecer «razonable», conlleva serias consecuencias tanto a nivel individual como colectivo.
Consecuencias al consumir medicamentos sin receta médica:
Las enfermedades donde esta práctica es más común incluyen dolores generales, como los de cabeza, espalda y articulaciones, así como síntomas de resfriado, como malestar general, fiebre, congestión nasal, tos, dolor de garganta, estornudos, y problemas gastrointestinales como diarrea, indigestión, acidez o reflujo.
Este comportamiento puede resultar en complicaciones significativas a largo plazo. La primera y más frecuente es el encubrimiento y agravamiento de una enfermedad, ya que algunos medicamentos solo alivian los síntomas, sin abordar la causa subyacente. El segundo, que afecta a largo plazo al paciente, es el desarrollo de resistencia a los medicamentos, siendo los antibióticos los más comúnmente afectados.
El mal uso de los antibióticos se asocia principalmente con síntomas gripales, que a menudo son causados por procesos virales. Estos medicamentos son ineficaces contra los virus y, a largo plazo, su eficacia disminuye debido a la resistencia desarrollada por el cuerpo debido a su uso incorrecto. Además, las bacterias, ya sea por mecanismos de resistencia evolutiva natural o presión de los antibióticos, pueden generar nuevas cepas resistentes, lo que dificulta la curación y el control de enfermedades capaces de causar estragos en diversos grupos humanos.
Otras consecuencias incluyen reacciones alérgicas de moderadas a graves, daños renales o hepáticos, y diarreas severas.
